El aumento en las importaciones de glifosato se ha traducido en un incremento en los niveles de
exposición al herbicida, acumulación en el ambiente e impactos a los ecosistemas y a la salud. En México,
el uso de glifosato se contrapone a objetivos de los programas de calidad del aire y las estrategias de
conservación de la biodiversidad desarrollados por gobiernos estatales, impulsados por la federación.