Cada una de estas variedades son únicas y las distingue no solo por sus rendimientos, sino también por sus usos, color, forma, resistencia a condiciones adversas, tipo de suelo en donde crecen, requerimiento de humedad, simbolismo, creencias, sentimientos y nombre en hñahñu. Por ejemplo, el maíz blanco no puede faltar en las milpas de mi abuelito, ya que es básico para su alimentación; además, lo conserva porque es pesado, resistente a lluvias prolongadas, a heladas moderadas y como él dice “no requiere tanta cal como el amarillo para nixtamalizarse”.https://www.jornada.com.mx/2023/04/15/delcampo/articulos/saberes-abuelo-otomi.html